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CÓMO MANEJAR LOS LÍMITES EN LOS ADOLESCENTES




Como padres de familia siempre estamos, o al menos deberíamos estar atentos a todo lo concerniente del desarrollo integral de nuestros hijos; nos preocupamos por su salud, su crecimiento y desarrollo físico, el uso del lenguaje verbal, las cosas que van aprendiendo y muchas otras más; pero en el ejercicio normal del crecimiento de ellos; en su inquietud por querer conocer lo desconocido, por querer experimentar y expresar lo que sienten es muy común ver que muchos comienzan a practicar o hacer cosas que desde un punto de vista moral a nivel de la sociedad, o desde la perspectiva de orientación y formación familiar no está bien o no es aceptada libremente, es allí donde se da inicio a una lucha conceptual y/o práctica, que puede desequilibrar la estabilidad socio-afectiva de la familia o que puede durar por mucho tiempo; inclusive, hasta años en muchos casos. Ahora bien, con respecto al manejo de límites en el seno familiar es importante tener en cuenta qué se quiere enseñar y cómo se debe enseñar; es muy sabido que por tradición cada familia maneja un cúmulo de normas, conceptualizaciones, prácticas, creencias y un sin número de acotaciones que sostienen a la misma en cuanto a su estructura ideológica y comportamental, y en ese sentido, vale la pena aclarar que de todas estas mencionadas la que quizá tenga más fuerza es la creencia religiosa, ya que de ella se desprende el concepto de Dios, el concepto de la dinámica de la vida, las practicas asociadas al pecado, la salvación y el concepto de la moral, en esa misma línea quiero recalcar que hay muchas familias que el principal foco de disfuncionalidad relacional entre padres e hijos muchas veces no son las conceptualizaciones que le comparten a estos, si no la manera cómo lo hacen, generando en ellos una fatiga mental y actitudinal debido a tantas imposiciones y prohibiciones, que finalmente los llevan a hundirse en lo que precisamente le han insistido que no hagan; esto es una evidencia de que NO han aprendido ni interiorizado las enseñanzas que se les han impartido, si no que se encuentran con sentimientos reprimidos; ahora bien, vale la pena aclarar que esta citación no se trata de un señalamiento o persecución particular a algunas familias cristianas o religiosas, solo lo hago a manera de ejemplo (<<ya que he atendido muchos casos de adolescentes con este tipo de situaciones>>) pero también se pueden mencionar otros ejemplos como cuando los padres no están de acuerdo con la carrera universitaria que escoge su hijo(a), o aquellos que no están de acuerdo con el tipo de contenido televisivo o musical que consume su hijo(a), o con las relaciones interpersonales que tiene su hijo(a), los sitios a donde frecuenta, entre otros; con todo esto se hace muy necesario establecer mecanismos y estrategias que me permitan enseñar y controlar los límites de la mejor manera como sea posible para tener los resultados que finalmente espero y que le convienen a mi hijo(a), por esta razón quiero compartir algunos consejos que podrían ser de mucha utilidad en la realización de este ejercicio.


Evaluar la metodología que estoy usando, así como lo que intento cambiar. Este es el punto de partida y es fundamental analizarlo, puesto que en ocasiones algunos padres solemos tener la razón sobre las temáticas en las que nos enfocamos, pero fallamos en la metodología que usamos para tratar de hacer entender a nuestros hijos sobre lo que se debe y no se debe hacer, por otro lado también hay que analizar si lo que quiero evitar o eliminar realmente es tan grave como parece, ya que hay muchos padres que tienen una apreciación errónea sobre algunos aspectos de la vida y pretenden replicarlos en sus hijos, es necesario tener razones de peso suficiente sobre el tema que describo para así argumentar que es inadecuado para la familia o mis hijos.

Buscar ayuda mediante modelos que influyen a mi hijo(a). Es importante tener en cuenta y conocer el circulo de influencia de mi hijo(a), ya que estas personas como líderes religiosos, otros familiares, vecinos, amigos de ellos, profesores, psicólogos, entre otros; me pueden ayudar a dialogar con él(ella) sobre alguna temática que me interese, ellas en muchos casos pueden llegar a conocer o hablar ciertos temas con ellos que le resultan difícil a usted, además hay que reconocer que muchas veces a nuestros hijos les conviene hablar con una persona que ellos vean en una posición imparcial sobre las temáticas familiares, puesto que en la mayoría de los casos tienden a creer que se trata de algún capricho de los padres.

No hablar incisivamente de lo que NO se debe hacer. Suele pasar muy a menudo que los padres se centran en lo que no se debe hacer, y cuando esto pasa, de manera inconsciente están haciendo algo que he denominado recapitulación negativa o contraveniente, la cual consiste en que de tanto insistir en lo que NO se debe hacer, los hijos terminan haciéndolo con mayor rapidez y facilidad, esto responde a un factor conductual impulsado por una reacción positiva natural que se da en uno de los principios de la pedagogía, como lo es la repetición, la cual genera una aprendizaje multifactorial como resultado a la continua exposición de un tema particular.

Incentivarlos hacia actividades contrarias a las que quiero eliminar. Este punto nos ayuda a evitar caer en el punto anterior ya que antes de mal gastar la energía y el buen clima comunicacional con discusiones y desacuerdos, lo que se debe hacer es buscar actividades recreativas o lúdicas que me permitan de una manera constructiva y provechosa acercarme a la postura que deseo tener para exponer mis razones a mis hijos sobre las temáticas particulares, estas actividades permiten además tener menores alternativas de comunicación, aprendizaje y acercamiento socio-afectivo las cuales apuntan al mejoramiento de la metodología y el ambiente familiar.

Hacer una retroalimentación pedagógica cuando sea sorprendido(a) haciendo lo que no debe. Es la parte del aprendizaje experiencial, es decir de confrontar al menor con lo que está haciendo y qué producto puede sacar de ello, pero en muchos casos los padres se frustran y reaccionan de una manera no favorable causando agresiones físicas, emocionales y psicológicas, y generando con ello distanciamientos y pérdida de la confianza, lo que en un futuro se puede convertir en una rebeldía abierta y manifiesta ya que los hijos voluntaria e incisivamente comenten con avidez todo tipo de actos contrarios a los que se les ha insistido no hacer.

Usar testimonios reales de personas que tuvieron malos resultados en su vida como producto de hacer lo no se debe. Hace parte de la enseñanza integral, hay que mostrarles a ellos las realizadades de aquellas personas que por cualquiera que hayan sido las razones, terminaron en estados personales y familiares deprimentes, para ello se puede hacer uso de una cantidad de materiales disponibles en la internet sobre casos de la vida real, los cuales nos permiten confrontar a nuestros hijos desde su realidad y desde la percepción que tienen del mundo que les rodea, es así como podríamos usar ejemplos de personas adictas a las drogas, suicidios, personas en estados depresivos, rupturas maritales, estados de alicoramientos excesivos, entre otros.


Espero que estos consejos le puedan ser de mucha utilidad para manejar este tipo de situaciones. Si deseas saber más al respecto escríbeme a info@omarnavarro.co


Ps. Omar Navarro 

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